martes, 12 de enero de 2010

Vuelta a la realidad..




... estas navidades he viajado mucho ... ahora hay que volver a lo cotidiano ...


Aunque me queda poco aqui y me siento muy sola estoy mejor que en lugares donde no tengo espacio... donde me asfixia no poder tener mi sitio.... me aterra pensar que cuando me vaya de aqui es lo que me espera... y por mas que busco ... no encuentro una solución ....


... si la vida es un viaje de la luz a la oscuridad ... que chungo... porque llevo años a oscuras... se que son pensamientos muy negativos... estoy contenta de haberme dado cuenta de que no tenia luz.... pero me invade el miedo de haber llegado ya a la oscuridad...de no ver nunca mas la luz...
Aunque... al final de estas vacaciones ... he sentido una luz calida y agradable... ojala seas mi luz y yo sea la tuya....

El viaje como imagen de la vida de Fernando del Paso

" El viaje como imagen de la vida y como aventura de la imaginación
han sido dos constantes de nuestro pensamiento.
La vida es un viaje de la luz a la oscuridad.
La vida es siempre el viaje del héroe de las mil caras,
del millón de caras, y cada día viajamos de la mañana a la noche;
de noche viajamos en nuestro sueños;
de día viajamos por los sueños que tenemos con los ojos abiertos.
Y no tenemos que ir muy lejos.
Viajamos en nuestros recuerdos y podemos viajar en los recuerdos de otros,
en las memorias y las autobiografías de Zweig, Neruda, Casanova.
Leer a Balzac es viajar a la Francia del siglo XIX,
leer a William Faulkner es viajar al sur profundo de Estados Unidos de los años treinta,
leer a Mariano Azuela es viajar a las entrañas de la Revolución.
Vámonos con Martín Luis Guzmán y Pancho Villa a la toma de Zacatecas.
Vámonos con Alejo Carpentier al siglo de las luces.
Vámonos con Rafael F. Muñoz a Bachimba.
Vámonos con Borges de ida y vuelta al infinito.
Vámonos con Alicia al otro lado del espejo.
¿Por qué no decirle a nuestros niños que cuando abrimos un libro,
sus páginas se transforman en velas, y con ellas desplegadas
podemos navegar a los rincones más lejanos de nuestro país,
a los recovecos más misteriosos de nuestra historia,
a las tierras más altas de la imaginación?
Fueron viajeros Robinson Crusoe y Arthur Gordon Pym.
Viajó Gulliver, viajó Simbad, viajó Tartarín y el capitán Ahab.
¿Por qué no decirle a nuestros niños y a nuestros jóvenes
que con los libros pueden viajar por el dolor y la alegría de los seres humanos,
y por sus esperanzas, por su soledad, su amor y sus pasiones?
¿Por qué no decirles que con los libros podrán viajar al centro de sí mismos,
por los mares de sus conciencias, por las profundidades de sus pensamientos? "










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