martes, 14 de abril de 2020

La felicidad...


Se han escrito tantos textos y canciones sobre la felicidad que no sé muy bien si esta entrada va a aportar algo nuevo o únicamente servirá para reescribir viejas ideas. En este mismo blog hay diferentes entradas sobre distintos aspectos sobre la felicidad y eso sin obviar que está basado sobre dos de las cosas que me aportan felicidad: los libros y la música.


Al elegir el texto de hoy he pensado en la frase de Ortega y Gasset " yo soy yo y mis circunstancias". Podría modificarse a "yo soy feliz/infeliz pese a mis circunstancias" para reflejar como influye la personalidad en la felicidad de una persona.

En este sentido, me siento afortunada. Mi frase sería "yo soy feliz pese a mis circunstancias". Eso no quiere decir que siempre me vaya todo bien, ni mucho menos! De hecho en este mismo blog tengo entradas muy tristes, desesperadas y angustiadas. Empecé a escribir este blog en uno de los momentos más oscuros e infelices de mi vida, y creo que fue después de pasar ese momento cuando me cambió el "chip" y decidí buscar la felicidad en cualquier rincón pese a que a primera vista estuviera escondida.

Son muchas las "cosas" que nos pueden dar felicidad: un atardecer, la música, una tarde soleada, un sabor que nos guste, un texto, aprender algo nuevo... Y ya no hablemos de las personas... una caricia, un abrazo, compartir un par de tazas de café con alguien querido...  Me siento afortunada con mi lista de "aportadores" de felicidad, son mi tesoro más preciado.

¿Y el dinero? ¿Es portador de felicidad? Yo creo que deberíamos dividir a los humanos en dos tipos. Los que necesitan muchas cosas materiales para ser felices y los que no. Si releéis el párrafo anterior he entrecomillado la palabra cosas porque no he puesto ninguna cosa material. Lo que me hace feliz no vale dinero o vale, relativamente, poco (como lo que cuesta tomar un café, un libro, ir al cine, al teatro...)... Me siento afortunada por no tener necesidad de coches carísimos, de ropa de marca, restaurantes muy caros... 



La felicidad (fragmento) de Heinrich Laube

"Cuando despertó al alba, los rayos del sol lucían radiantes, mitigado su cálido efecto por una refrescante y pertinaz llovizna, mientras las alondras pululaban por doquier y en la senda un granjero entonaba una melodía y se sentía salvajemente dichoso.
Un coche deambulaba en dirección a Viena. No recordaba haber dicho nada en relación a dónde quería ir, sin embargo le era indiferente. Quizás nunca pudo imaginarse que llegaría a estar tan lejos de Praga, a pesar de las veleidades del pensamiento que podían ser muy tortuosas. Realmente, desconocía su futuro y no quería saber nada acerca del mismo. Ni siquiera pensó en el dinero, aunque fuera éste quien había propiciado su infelicidad de antaño. "

No hay comentarios:

Publicar un comentario