lunes, 9 de marzo de 2009

Cuando te sientes al borde de un abismo...





...cuando sientes un futuro incierto
... niebla que no te deja ver más alla...














El espejo en el espejo (fragmento) de Michael Ende

" La libertad existe siempre sólo en el futuro. En el pasado ya no se puede encontrar. Nadie puede escoger otro pasado. Todo lo que sucede tenía que suceder como sucedió. A posteriori todo es inevitable, a priori nada. Lo único que importa es despertar del sueño. A pesar de todo, corremos detrás de la libertad, no podemos hacer otra cosa, pero la libertad camina siempre un paso por delante como un espejismo, existe siempre en el próximo instante, siempre en el futuro. Y el futuro es oscuro, una pared negra, impenetrable ante nuestros ojos. No, pasa entre nuestros dos ojos, a través de la cabeza. Estamos ciegos. Cegados por el futuro. No vemos nunca lo que está ante nosotros, nunca el próximo segundo, hasta que nos rompemos la nariz contra él. Vemos sólo lo que hemos visto ya. Es decir, nada. "


Angustia (fragmento) de Graciliano Ramos


" Allá están nuevamente gritando mis deseos. Callan acobardados, se vuelven inofensivos, se transforman, corren hacia el pueblo reconstruido. Un escalofrío me atraviesa la columna, me encauza los dedos sobre el papel. Naturalmente son los deseos los que me llevan, aunque lo atribuyo todo a la lluvia que golpea el tejado y al recuerdo de aquél tamiz enfurecido que cae del cielo todos los días. "


El Miedo (fragmento), de En una Ciudad Llamada San Juan de René Marqués


" En vez de identificarse con la suerte de su patria, identificaba a ésta con su propia suerte. Veía la isla lanzada allí, entre el Atlántico y el Caribe, sin conciencia alguna de su existencia durante siglos. Luego, la invasión y la colonización española, como un latigazo en el alma dormida de la isla. El asombro del despertar. La urgencia para incorporarse a un mundo ajeno. El desconcierto. -¿Qué quieren de mí?-, preguntaría ella. Luego un nuevo latigazo a su vida: la otra invasión. Y él comprendía la angustia de la isla lanzando de nuevo la interrogación: -¿Qué quieren de mí?-. Sí, ¿qué querían de ella? ¿Con qué derecho exigían? ¿No era suficiente la angustia de ser isla, de su soledad, de la incomprensión de dos océanos que aprisionaban sus horizontes? "



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